lunes, 14 de julio de 2014

Diafragma


Las plazas
obturan el sabor a piedra;
cuando dejo de correr
verte luna
me devuelve los lápices.
El universo
te dialoga como fuga.

Ataque



A la orilla de tus penas
cantaremos un río,
darnos arboladamente
y trepar de prepo la sombra,
conmover hasta la letra
mas austral de nuestro tiempo,
será abrazarnos todo un gesto
de milenaria rebeldía.

Cuchillos



Con la boca entumecida de sombras
que el volar me cercena,
tenso los párpados hasta florar
con la tibieza que rueda
y no es la prensa lo que punza,
no es el cuello que espiga la piedra,
es la tristeza, amor, es la tristeza,
somos cuchillos devotos de la oración.

Exacta se hace la sangre
en cada cuenca urgente,
con la bestia enceguecida
no existe y todas son La puerta,
el tambor y la tormenta
son entidades de la medida,
son espirales a la estampida
de un náufrago quemando estrellas.

Descifrándonos las heridas
rodamos nubes de biblioteca,
en la conjunción de nuestras guerras
prospera al fin una ventana.

El silencio en la noche sibila
y corrompe de muerte.

lunes, 4 de noviembre de 2013

7 días a cuchillo

I
En la lengua
manará la tibia fractura,
la farmalocura de habitarnos como guantes
nos valdrá por la carne que exceda al fin de lo dado,
la cadencia que nos legan
como artilugio a dar escena
nos trepará el cuello
con letras que otro gigante habrá antojado,
sobre el lomo de mi tejado
las alas de un tiempo brillante
te bailarán violetas,
la sangre oscura de las promesas
compelerá al fulgor liviano,
seremos huellas de lo versado
en párpados niños
que lluvias vuelan.

II
De corriente llanto
te proceso en mí,
con las manos en jaula
te desando en el plexo,
de botella que cede
ante el río tensado,
la pantalla de muerte
es un vidrio que hiende a toda percepción,
hay dragones que caen
y el mundo es lo flotante,
la arcada colapsa en lo posible.

El pitar relámpago
en esta trunca galera
como una flor vocifera lo urgente,
la sombra es el rebaño de un color que no alcanza a exceder,
a fraguar la pared que sostiene al viento.

Que no sepa a canción
es culpa de mis ojos,
que sepa inaugurarme en el dolor
Son mis ojos.

No estoy quieto,
mas de ahuecarme,
te ornaría creciendo en mi pelo,
biblioteca de truenos y sepias de sillón.


III
La licuación de la pulpa de los ojos,
la colibridación
hecha solo una rama fatua en los espejos,
la carne habitada de moscas.

Un sueño artero
es el que seca
en los colmillos de la luna.


IV
En el brote
que ovillan tus uñas
un pájaro duerme
perfumado de pasillos,
al girar el rostro
tensa un entramado coral,
salir de tu boca a la calle
me alarga las sombras.

Al estrago de un celuloide que roda
puedo oír morder la soga
que me aguza el paso,
es el placer que del pesar
también des luna,
los relojes
no están hechos para medir los sueños.

Eso que despierta con tus ojos,
lo que traes de amar u odiar ya rato,
tiene la plaza
y los postigos de mi patio.

viernes, 26 de julio de 2013

A mano alzada VII: De elefantes y perros

El estero
de mis fugas
articuló
           al fin
                  la puerta,
antes que yerta
la certeza es un puñal de ataduras.

Que río adentro
habrá vida,
habrá vino del sedimento,
que libro abierto
vaga ciega el alma
con la ansiedad de los fantasmas
y la boca famélica,
que niño adentro
hay que respirar,
sembrar en toda realidad
lo que se ama de los perros.

Sobre la luna,
mi jardín de vos
me empuja el verbo y la hamaca,
los elefantes de la plaza
también pisarán las rejas.

Quien no cree, no ala.

viernes, 31 de mayo de 2013

Puedo serlo todo


Sueño que caza           
tu nube un gorrión
y vacila al pronunciar
la tormenta,
sueño que apenas canta
el pétalo
se matizan las piedras
que atasca este nudo
que abraza desnudo
el rayo de una letra,
sueño tu escudo
como un plato de frutas
que nos mancha la ropa,
la risa, la boca
es un barco de pulpa.

Fui una rama en el columpio
y lienzo sobre el pasto,
cuando el tiempo
le dio altura a mi paso
no lloré nunca mas.

Con soltar mis ojos a              pintar
ya no tuve mas años.

Frente al mar
el grito es una foto,
con un rincón de tu rostro
puedo serlo todo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Bandera

I
Con el claro en que me habitas
duerme un gato entre mis libros,
cuando el río trae tormenta
boca arriba es un lugar.

Voy a quitarle los ojos
a tu cuervo de bordes,
sobre el pasto, al horizonte
en raíz de monte habremos nidos.

II
Siluetas grietas en la memoria
se anegan de huellas a andarlo todo,
en guardar del polvo la esencia en estrella,
con la lumbre al ojo, toda lengua estremece en labio.

Juntos los dientes de los diarios
tensan mi cama
mas la piel que vestiré mañana
tendrá el humo de tu café.

III
Una voz longeva anida al curso de tu cintura,
repite un tramo de mi locura:
palomas piernas
pan de los mares, lunar!

Sobre un puñal de razones
apoyaré desnudo el ojo de triada,
horada la ruptura en bocanada
la lluvia volverá a ser un juego.

IV
Hay tierra sobre sueños
y sueños sobre piedras,
el jardín
es la piedad tras la bandera.

jueves, 3 de enero de 2013

Ala teoría



En tus órbitas
cabalga mi derrota
como un mito;
a la luz de la sangre
el animal pierde la madre
y la paciencia por la luna.

Con las piedras
que enderezan la locura
se hieren las nervaduras
pero no calla la flor,
es todo grito la expresión
de un sueño atado a la cintura,
mas río arrastra mas color
y el sol es sólo otra ilusión,
sombra adentro
es que se vuela y se nace.

Antes de amarte
no era menos sincero
pero al dormir tu sendero
no puedo dejar de cantar.

La silueta rompe al río
para darle un qué soplar,
así
el tiempo es el puñal
que al hombre pule de hastío,
una tormenta agrieta igual
que un barco anclado
a la espesura del vacío.

En mi trinchera de extravíos
voy a dejar junto a la puerta
incienso y agua,
comeremos de nuestra carne la mañana
y el desapego a la teoría.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Con tus ojos

En cada foto del día
un anagrama de signos
te mantiene a flor de mente,
bajo la piel de la corriente
corroe.

Verba tribal de lo ausente,
alameda maternal que se resiente
sólo en el ojo.

Qué parir con tanto vértigo
aún corrigiendo su gesto,
con tanta inercia de amor
valgo un jardín.

Voy a perder la nariz,
el vientre, el cielo
y la risa de lo polvo,
voy a vaciar tus felinos escombros de simpleza,
a ahogar toda maleza cotidiana,
el silencio en la palabra de estar,
voy a vestir de negro mi verdad
y darme en tu lugar,
sé que tu miel va a perdurar
si hago semillas de tus ojos,
voy a treparme a ver mañana
desde el París que abrí en tus hombros.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Flor del lagrimal

Una estación
de improbables palomas
entreteje un balcón
que mi sol sólo asume.

Podría bailar hasta la carcajada
tu columpio de signos
que percibe la noche.

Soy un leve
rumor de metal
que repiten los muros,
hoy dormía abrazando un puñal
otro tiempo de tazas
que me ahogó hasta el desnudo.

Con el cielo
sangriento de cal
beso la soledad
como un gesto placebo,
te fraseo
flor del lagrimal
con tu brillo frutal
como rito hacia el fuego.

Cuando el vino es el tono del pan
el acto y el pensar
se desunen por sexo.

jueves, 26 de abril de 2012

Intuición

Guardarte al ojo,
templar las tormentas
a que den su prisma lengua
de onírico rimel.

Algo mas que orillarnos,
hendir como un erizo de rosa,
libar la primal memoria
y fulgir las uñas del caos
latiendo el aire
a remozar la maleza
como un gesto de la carne,
gota al fin
que savia salve la herida,
la hendija anochecida
dónde volver es nadarte.

Pulpa y así…

Es que no hay fuga
de éste lado de la mente
que pronuncia las paredes
y en el cielo ve cuadrantes,
hay puerta sólo en la llave
pero nos pueblan los huecos,
con el jardín
nace un sendero que sólo empuja el perfume.

No se quita con las manos
lo que se hunde con la boca.

Gubia de estremecer,
descorrer el tiempo
que funda finitez,
volcar otoñal
la gracia coralina de aturdir,
dar muerte a la espada,
al espejo,
habitar por plenitud,
manando
todo siempre está por darse.

Tenso tu espalda
y brotan en mis pies
un serpentario de horizontes de intuición.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Acaso sucedan flores

No te da sombra mi boca
y sin embargo
ancha me espejas la noche,
ahogada grieta que proyecta
la lluvia puerta en carrusel.

Periplo en carne de tiempo
nervando el daño y el boceto
como el soplido silente
que descalza y encauza,
vigilia estrofa sumergida en las muñecas,
balsa parafina sin resplandor.

No hay trama o hibridación
que vistiendo mundo
trascienda del tacto,
lo recto, lo marco, lo aspecto, lo muro,
el puente entre lo exacto y lo hiriente
aluna el filo en la muerte
del nido piel de razón.

Y aún si el pasillo da a la calle
y la bandada se dispersa,
aún si la chispa tergiversa
la llama lengua en un detalle,
seguir un globo
en este bosque de paredes
es un hueco que sonreir.

Dónde el león duerme un latido
mañana acaso sucedan flores.

martes, 29 de noviembre de 2011

No volver

Lo haces imposible así,
que no quieras
cerrar la boca
y de pronto sea otra vez la sombra
la que te brota por sinergia
como el miedo
o lo abstinente en la memoria,
grotesca y cegadora,
una tormenta
que tierra arremolina en festival
de lo presente, lo latente,
lo ritual itinerante
que tiene detrás el caos,
el zumbido vociferante del vacío,
porque hieres parada allí
sin querer sonreir
y no es que alcance a temerte
pero me niego descuidar
el borde que aún sostienes
y te miro porque pretendes
caminar entre mis ojos,
ahuecar un estigma
que vista un bosque de sonidos,
que ya no puedo sino fumarte
y es porque te deseo
que enciendo y pito
y vuelo el fuego como un cable,
la cueva,
el ciego con la carne,
repto tu espejo
como un sable
que desentrama el mismo espacio,
piedra de sangre y de topacio,
bruta bitácora al delirio,
sé que al treparte
alumbro un limbo
de estridencias silenciadas
pero es que vale tu anagrama
lo que calimba
hace la brava
y tierna angustia del bramar
salteña espesa flor de viento,
licor de vientre, anaranjada,

me arrumba el humo
en tu situada
ampulación de lo filoso
que cursa en corso
tu espiral
hacia el enjambre,
si tenso púa en el alambre
habrá al final
un pentagrama,
es que la armonía actúa un vitral
de cenizas hacia el aire,

te veo y leo
tu locuaz forma de darte
universo,
un paso atrás
y la métrica
desierta,
un paso mas
y la ávida aspereza
habrá de aunar las grietas,
es tan salvaje el cosmos
que despiertas
que se reseca
el paladar del cuarto,
hilarante gaviota
de mis sentidos fatuos
anidas mis colores
como un reflejo
que tornasola,
pradera ánfora
que gesticulas
la mala hora
como una fruta
para el sediento,
tu beso escuda lo ceniciento
y frágil desnuda mi corazón,
es pulpa clara
tu voz farol
aún con su opaca
brisa de muerte,
vendrá a vengar
nuestra caricia
la cruel ciudad
con un reloj.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Bengala

Esta valija de cenizas
que el silencio me abre con tus ojos
puebla el vacío de semillas,
la ansiedad y la agonía
de las fogatas
solo licuan el humo,
de hondo el paladar
sabe cortar estrellas.

Limita cada piedra
que la mano no aprende,
saltar solo alumbra
la última herida,
huella por luna
y el hambre enciende un alma
(acaso arma) que presagia una nocturnidad marina.

Quedate todos los espejos
de los muebles,
no hay lirio o filo en lo que eres
sino en los huesos del castillo;
la cuerda mana su martillo
pues ama, al fin,
el mismo puente.

Mi boca trepa en cada miedo
una razón infinita,
no hay bengala
en que duerma el polvo
y así cada duda
florece extinta;
el abismo y la maravilla
son pestañas de lo inmortal.

martes, 18 de octubre de 2011

Eco

Que bebas con mi boca la constancia de noviembre,
al pasto, y solo al pasto, hacernos hoja,
que la niñez no duerma en la memoria,
los ojos que vistamos sean orfebres, aves de la sombra.

Límpiame con tu llave los silencios de las tasas,
si es tiempo, traeré centellas a vestirte las ventanas,
permitamos el bosque donde el sol bien esconde crear sentido,
si abrazamos el frío, la risa no tendrá que ser un gesto.

Despoja a la tormenta del arrabal degradé
que este puño de arena nutre lo polvo y la maravilla,
toma esta bala ciega de perfume de cabello
y estaquea la efímera calma que vuelca el regresar.

No me pidas medida en observarte,
que la piedad tu mano olvide lejos,
arrógate el derecho a desangrar cada vacío,
evócame el designio de poblarnos como un eco.

Ardid cigarro

Cuando no quede
con qué atentar contra el pulso regular,
cuando ya nada cimbre
haya disparo o rauda fuerza
del mar libro enemistando la vaguedad,
sea ciego el silbar de las certezas
y con el alma puedan naufragar
las espadas naturales.

Cuando a nacer no llamen
los algoritmos del silencio
y entre cada canción
no arrumbe el látigo latido,
cuando baile alarido
el sombrío amanecer que se sucede
pirámide a las mieles
truncada vela o de arena catedral,
cuando sea un juglar
el brío fuego a la manivela,
cuando al dragón su antena
disuada el resto de la mañana,
cuando la luna invadan
los justos lentes a la montura,
cuando ya no haya bravura
en el viento cincel del polvo de las eras
pues mi calavera rueda de mundo accesoria
habré agotado al fin tu leve gesto,
ardid cigarro en la deshora,
tu locura en el vaso
y luego el labio
sabe no regresar.

jueves, 18 de agosto de 2011

Semilla

El viento jala o acompaña la mirada,
somos el agua del silencio
y cada ventana
duerme una línea o una recta.

Cuando tu hambre de mandala
acercó la forma,
en mi desnudez de bandera sin voz
la huella y el centro
alejaron la misma sombra;
no tiene cuerpo la armonía
y lo es todo,
si te cruzara el pecho de tinta
podría intuir la lluvia.

El sueño aprende a mesurarse
o dispersarse
cuando se ata a la finitud del polvo,
leyendo el fuego
los tesoros
caen dónde se afila el arte.

La vaga metralla
que sobre puebla el pastizal
con la medida y el borde
ciega la intriga
y al nombre solo nos queda dar aire,
si la pérgola se atiborra,
que en el ojo nazca otro cielo.

Con tu prefijo en la boca de la mente
me navegan las frases
que arañan las semillas.

jueves, 28 de julio de 2011

Soles de barro

Vuelca mi boca
un paredón de sombras largas,
la sangre del jardín
descalza la razón.
Aún cuenta estrellas
la voz dónde la dejamos,
flotando el lago
el viento ostenta el diapasón.


Observa el vacío
una tensión de cinco esquinas,
con cada olvido hay un papel
y hay un dragón,
la sien es tierra transitoria
y mal habida,
con el topacio
abre la piel otra estación.


Es serpiente el lente
alivianando el silencio de la muerte,
del cielo a la fuente
solo cabe el cielo rojo.
Por la arboleda
corre el vidrio sordo
mas entibiando cada huella
la mente arquea nuevos soles de barro.

jueves, 26 de mayo de 2011

Tribal

No hay cable que doblegue
este silencio iridiscente,
el absurdo alberga jardines
que no caben en las manos
de un cobarde interpretador
de lo real;

cuando se quiebran los mástiles
que encauzan el sol
la luz puebla violenta,
no hay beso o acuarela
que a los ojos sostenga,
sanada la estilencia,
el circón guarda su voz
y el jardín osa ser irremediable.

martes, 15 de febrero de 2011

Madre

La noche nos devuelve hacia la tierra.
El ojo se descalza
con el sonido mas leve.
El instinto nos acerca
y nos repele.
Las heridas son nombres para amar.

Se ahueca el fuego de la ciudad
y somos solo frutas nadando un bosque,
lo que late ya no se oculta,
cada perfume
es un gesto y el rayo que lo desnuda.

Porque es mía te pertenece,
la otra noche, la calavera de lo perenne,
buscar las formas que la regresan
es pretérito que no oscurece y mas brilla,
espeja.

Detrás de cada tormenta
hay cientos de flores que sueñan cielos de vos,
mientras columpias un dueto con la luna,
Ella no concibe mayor maravilla.

Se empequeñece el alma
como al papel logra el agua
o la razón al placer,
cayendo el sol nos hermana la transparencia
y nos jala,
madre nos soñó una misma flor
y en verso libre nos danza,
madre nos duele en un mismo amor
y en su iris somos membranas.

martes, 11 de enero de 2011

Llave y/ o teoría de cómo el fuego hace armonía de las semillas que duermen en el polvo de la boca de los faros delineando de ceniza, dando barro y

desnudando los espacios dónde el alma aspira el rayo como un ramo de eufemismos de libertad.

Todo puede ocurrir
a orillas de vos.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Plenamente

Subiendo al cuarto altillo cierra el compartimento de escalera.
Toma el cuerpo de un mustio mueble que yace volcado sin sus teclas de guardar y lo asimila de asiento desplegando sus piernas como mesa.
Sin demasiada tinta enumera espacios y las formas que desbordan, todo aquello que le cree el sentimiento de ser solo un medio como una corbata o un pintalabio.
Apretando con fuerza su boca retiene la gota como un latido en el párpado, firma soltándose piedra en la hoja que pliega en lenta forma y cierra en un sobre con su nombre.
Toma del bolsillo de su abrigo una semilla y, sin fingir el pulso, apuntando sobre su sien dispárase una flor en plena mente.
Su cuerpo, sobre el viejo suelo de almendra, comienza a echar raíces en el aire.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Esas otras pieles

Adelanta tu arteria
de metrónoma huida
la inerte cadencia
que tensa la arena
sin flancos ni yemas
que aún viguen de estigma,
la pulpa pereza
que estanca e ilumina
cediendo la cuenta
ha librado el alma
y harás su lagrimal,
su cristal
de espejada infinitez.

Luego el asta a mano alzada
forzando el tiempo a reparo,
cegando el pliegue y la coma
como al bramar su maroma
el oleaje atiza en retiro,
compás de piel cada hilo
fue alternando en consonancia,
el iris precepto de mundo
alivió su gris impedancia,
de alma aroma la danza
ondeó escalpelo el sentido
de asimilar lo vestido
como si tal fuera gracia.

Esa liviandad que te iguala
con ciertos lagos absurdos
cuando a puñal sangran alas,
tu crominancia
y el verso que te amparan
juegan nudos
que vagan entre lo cierto
y los tibios fuegos que interpretan lo real,
sobre tus ojos
la noche sopla otra maravilla.

Que el canto muerda la orilla
tras dar primal artefacto
es solo en vientres girando
en nenúfar riel sobre el aire,
la misma argucia
que anima el valle
asigna el frágil espacio,
esas otras pieles
libando nuestra inmanente derrota,
la letra sobre la boca
dibuja en rito el impacto,
el brillo arbitra la soga
y nos abre un lirio en la roca,
labrado el puño
en la sombra
delinea el sueño y las formas
de sostenernos mutando;
sea hastío instrumento
o el placer carrusel de agitarse a ser río
lo armónico huye hacia el movimiento
de soltar el cuerpo a cegar el vacío.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Me sangras

Me sangras luna,
pensé mientras veía rodar mi sombra
como un escorzo de polvo
desvistiendo tu roja boca
de etéreo salvajismo,
me sangras,
sin piedades o eufemismos
la piel me dobla hojas
que satura el otoño
de rabiosa piedra filosofal.

No entiendo tu alma
repites con tu inocencia de jardín domesticado
y pretendes que no llore,
que no corra a paso lento
estrechando en tu sonrisa
mis puñales de fantástica memoria de los gestos,
que la noche ya se cae,
que el rumor no ha sido cierto,
no otra vez,
no a los ojos,
no izaré a embeber el ala
en tus conjuros de medioevo.

Desde lo hondo del acorde
te articulan mis sentidos,
si no debiese contenerte
mal podría despintar cada rincón
que traza tu eco,
entre tu espina y mi lamento
bordan su animal
las espigas que preceden
al matiz de mi vocablo.

Me sangras
dónde anida la impericia
y lo vedado a las encimas de la tierra,
bailar contigo
es una maravilla que lastima y canta,
si no te quisiese aquí
no habría por dónde comenzarme.

miércoles, 30 de junio de 2010

Teátrame (y sobre un gesto débil e inocente gira el mundo)

Apoyé mi palma
sobre tu mano
y asentando su extenso
medité de gravedades,
alzando el vientre
erguí el plexo
y solté mis pies
hacia el aire,
en tibias formas florales
vestí sin sol la interjección,
reloj del vilo pronuncié,
sobre tu gesto
ahogué mis ojos
y floté.

Luego caer
sobre tu piel
de verba china
rodando ovillo
que a la línea
se estigma y exhala,
huir de a grietas
del silencio en tu garganta
y ser la mansa agua
en la sonoridad del complemento,
el cimbre armónico
que funde en instrumento
el cavilar del gato
sobre la ventana.

Con pestañar
eres teatro
de mis verbos de soñar.

lunes, 31 de mayo de 2010

Pez de luz

Tomarte cabello en el agua
pisada que sana el silencio del cuarto
tornearte de arena de viento
saberte pretexto del tiempo que huye y tropieza.

Mecerte en las manos de labios
soplarte de polvo de pieza de arte
beberte en los ojos con lívido y madre
acariciarte contorno contraluz, pestaña de eclipse.

Fluirte del plexo a la mente
lograrte del pasto el rumor de su cresta
bailarte de vientre de tango
entramarte en el pulso mas plano y altivo que ofrezca la opuesta cara de la muerte.

Disolverte en la sangre nocturna de un cielo de Salta
enraizar como el agua mi gesto en tu cuerpo
horizonte que enlace tu voz en el aire,
anteceda mi piel, sea seda que envuelva la pronta lumbre, el intento en acto.

Rota la piel, el corazón desune o arquea las formas,
quisiera caer en ti como un pez de luz
y astillar mi boca en pequeñas maravillas que te alcancen
pero las palabras hacen flor en tu ropa y las devora el viento a su pluma.

Te acercaría tan despacio
que la tierra podría abrir continentes de esta calma,
pero ya somos paralelos
y la cercanía solo habría de recordar lo distante.

Palabras a mansalva sin saber comenzarte.
Mi boca en torva forma, presente del vacío.
El cielo y la ventana, son raras las letras con que se adiestra el alma.

miércoles, 5 de mayo de 2010

De cuerda

Casi emulando una llama
dos palmas crecen cerradas
ahuecando en plegaria,
así del vientre hacia el plexo
florece encima en el alma
que se hace hueso y desarma
con la armonía de un verso.

Fluye de piernas descalzas
así como el agua
aunara un cuerpo ajeno,
desune el zen de su centro
peinando luces ventanas,
itera en piel y membranas,
impera sueño y es viento,
matriz que acerba su acento
que al bies delirio imantara.

Heridas son las semillas
que beben cielo por agua,
heridas son las palabras
que ciegan voz por ser tinta,
ceñir el ser como en vibra
de cuerda cimbrando su alma
no augusta en puño su karma
ni cuece brava su espiga,
herida no es tu estadía
serigrafiando mi espalda,
tu balsa impulsa otra brasa
que da color como el tiempo
anida en montañas, ecos
y cuencos de sonar.

miércoles, 21 de abril de 2010

A mano alzada V (Ánfora energía)

Intento otro color
como el otoño
y resultas caleidoscopio de ti
y te transfiguras y te converges
y te resumes y te repites
y te convexas y te disuelves
y te articulas y me textualizas
y me obligo a andar sin vos,
y no quiero razón
que consienta lógicas y espacios,
que disienta al flujo arácnido que completa mis extremidades ingrávidas,
se vacía el cielo y no puedo
curar con el vértigo el hueco en dónde ahogan las palabras,
Andrea inerte al habla
como un escalón al concepto que me precipicia,
que ampula y tose de mi,
que me dibuja con los dedos arrugados sobre la arena
y logra darme en dique,
en cuenco vasto y pasarela
por donde arrecian sus pestañas de alas en tinta y aire
desvaliendo mis ojos
que se roen como piedras,
tiempo y pieles que se caen.

Y no es este eco un rito fatuo
que adorna una muerte queda,
es un rincón que angosta tela
lo que abra en planta o cierto parque,
es la porción de viento que recoge la nave
para reparar norte en la vela,
es que tu luna engarza piedra
como el paso ancha el camino
y eso jamás puede caber
en un lugar que no se pulse per se,
que no se precie al sentir fal;
un oscuro cancionario te circunda
pero a tras luz
tu nombre es fuga
de un Paris que no aprendo
y no dejo de pronunciar
de impulso o flor espasmo,
grácil me instrumentas
con cada armonía que percibo,
sin dubitar en estado o contexto,
mi cuerpo es un argumento que supones.

lunes, 5 de abril de 2010

A mano alzada VI (como la luz blanca, liberas todos los colores)

El cielo me sostiene la mirada
y piensa tu parte y la mía
por partes,
se abre en el pecho una boca
capaz de soltar las flores sin nombre,
un río de extrañas pestañas
creciendo en la insana razón de sentir.

La tierra habla letras que no se pronuncian
sin abrir el cuerpo
y darle en un eco interior su color,
baila de mi a través de mi,
soy silueta fugaz de su luz,
deteniendo el alma en medio de la nada azul de la noche
he oído los gestos que el cielo ha guardado
lejos de las manos que otorgan lo dado como propiedad.

Te siento tan cerca
que temo tropezarte,
te oigo tan lejos
que temo tropezar con mi imagen de ti.

No mires ya el cielo,
no podré con la luna
si además tiene tus ojos.

Oye este canto que procedes,
brote del leño del silencio.

Encierro en un puño la piedra
y no consigo evitar tu blanca luz,
no logro quitar del prisma
cada uno de tus colores.

Partes por un todo que desune

Es que ya no caven
formas de gracia que no te piensen,
es que pensarte
es otra forma de sonreir.

Tienes mis manos,
mi garganta y cintura
y sin embargo,
entre tu voz y mi espacio,
hoy corren dos noches a pié.




Tu nombre aligera la noche
en dónde adhieren las letras,
pensarte en silencio
es otra forma de sonreir.
Ya no cruza sombra mi pecho
y la lluvia acaricia la sed,
tu nombre articula en el sueño,
mi labio es el río en tus piernas de pez.
Correr nunca acercará el tiempo
y un techo es que ayuda a morir,
sentado aquí junto a tu nombre
crezco el crisantemo que bebo en tus ojos cerrados,
el nado hacia el cuerpo es solo percibir.
Que gire el lucero su rayo,
que cale Selene en marfil,
que ofrende el sentido la poca de sed que no logra nombrarse de ti.
...mas se aprehende
mas detiene las pestañas
de todo cuanto ampara el alma para inventarse...
vapor en frío,
iluminada intermitencia en farol de lluvia.
Detrás de cada marca mia
podía lograr la insanación,
la flor que descubre mi herida
es la guarida de otra flor.
No busco herirte o alejarte,
no busco darme otro color,
es la voz que vos ya olvidaste
el arte que me incendia en sol.
Aquí estaré sin preguntar,
bien conoces mi muerte y parte,
forzar nunca abrirá la mente,
saltarte ya no se intentar.

lunes, 22 de marzo de 2010

IV

La cercanía al sueño
es tu cuerpo en mí,
puedo quitarte del día
entre ritmos y ruidos,
pero eres el último
y el primer pensamiento.

lunes, 8 de marzo de 2010

Al volar

Agotan tus gotas
rociando el vacío
que es toda la ropa
que trepa mi sed

que angostas mi boca
y es mar que prefiero,
que es luna de fuego
tu guante colmillo

que es viento este brillo
tu cuerpo de letras,
que es pasto caricia
tu nombre en mis dedos

que evoco al ver ciego
cada maravilla,
que intenta mi tinta
y no es lluvia o placebo

que es cada insanía
del vientre solfeo,
del ojo cornisa
que es astro sol centro

quemas,
qué mas quiero,
que invente el recuerdo,
yo te entrepronuncio al volar.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Biblioteca

Trina en el paso
madera mordida,
mella malhabida
masticando manos,
munida mención,
munición de marzos.

Mantel mezzosoprano,
madeja menor,
mártir meridiano
mediando al milagro,
miradas de muerte
a la mente moka,
a las mansas matrices,
mendigo mástil de maromas.

Mulata memoria,
marco que medita,
migajas que manchan
mudadas mesuras,
mito que marea,
manta que modera en muro
el mundo y magia,
el misterio y la masa en su mapa.

Mar de mares,
miel de mutar.

jueves, 25 de febrero de 2010

Que nutre pan

Me trepas los ojos
de sombra de ramas,
muevo con mis manos
color que no aprendo,
sostengo en el labio
el rumor que la lluvia
cuelga de los marcos
y alumbra ventanas.

El mundo razona a tu par
y toda impostación peca de fuerza,
pieza que anida, naturaleza,
pasto que arruya vida
y brota en plena piedra.

Disfraz de ti,
la venda luminaria que respiro,
refracta un nuevo frío
que no es boca al sauce río,
del cauce al desvarío
cada gota es energía ingrávida
que nutre pan.

Nace ávida de mal la soledad
mas esta pausa
ahogar contigo
es encontrar,
de sol herida,
la hoja en el vendaval
que logra la fuerza
que equilibre
idealidad y raciocinio,
la pluma y motor de sangrar.

domingo, 21 de febrero de 2010

A mano alzada V

Con la sangre vertiendo laderas,
quitándole el paso
a la bestia ciudad,
con el viento lamiendo su pena
de ocarina ciega
libando su pan,

se agolpa en el ojo,
se aviva membrana,
se nutren las alas
del rito primal,

del foco a la piedra acuarela
baila la energía
sin moldes que agredan
o rompan su estela,
sin ruedos ni lías
que logren las manos,

lo ufano
como apostasía de cielo venal,
lo humando
jugando a ser canto
sumido en las cuerdas aradas del grito,

perderse y ser ictu
en el cuerpo infinito
que es cálculo y piedra,
que es nada y la huella de todo lo escrito
por siglos de cielos
tallando en el pulso del sueño longevo
que muere en el ruido de un mundo sin credo
en la imaginación.

miércoles, 20 de enero de 2010

III

Y recorrerte con el hambre holístico
con que atraviesan los libros,
perfume, texto y textura
en una inercia remota que crispa el cuerpo que ocupa,
que acerca el barro a la boca
en la nostalgia infantil que da la saciedad y locura.

Capital (pena)

Ya violácea la noche
no contiene su espanto,
hay quién huye,
hay
quién
ya
no
puede volver atrás;
la calzada detiene
un golpe en el aire,
los cuerpos se adhieren de espaldas fratachas;
son mas las palabras a ver
que a pensar,
creer en la calma,
volver a ser pez.

Ya tenue en cintura
se pierde la esquina,
casi faro, solo pose.

Ya!
gritan aquí junto
con distancia de multitud,
ese golpe muerto de cajón que cierra,
esos tacos de reloj
que niegan mi café sin terminar
y queman la garganta
como un grito neonato,
porque ya es un sino que no,
una puerta del otro lado de la puerta.

Ya!
el paso nuevo vocifera
sobre el cigarro de la pena,
sobre las rimas de besar;
hay muerte inherte en la beldad
de esta prisa sobreaguada,
de este yerro sin tocar,
de este jarro sin tos;
habrá tiempo pero será siempre ya.

viernes, 15 de enero de 2010

A mano alzada IV

Déjalo.
El tiempo entretendrá en sus dedos
el nuevo cuerpo de líneas,
las nuevas formas no siempre son piedra de razón.

Siéntelo.
No preguntes
que el impulso no es ciencia
y tu parte es la parte
que media a ser vos.

Ábrete.
Entre tantos cables de puta ciudad
ninguno da tierra
si llevas tan cerca
el ojo en las cosas,
no esperes frutos sin sembrar primero el mundo.

Muévete.
Has primar el sentido que guíe
y lógrate un espejo de energías,
anda pez y aspira al mar
como una suelta de globos en tu pecho.

Déjalo, siente, abre y muévete.

Pensar no es una forma de ver.

miércoles, 13 de enero de 2010

II (el tercer ojo)

- Sí Señor, Señoría, son estacas este nombre, son grilletes que distienden pero ahogan el sentido como el calor o el encierro. Es extraña la certeza de luz ante la sombra que proyecta, del faro enmienda del cristal que anega el rayo y lo permite en su pesar.

- Sí Señoría, Señor, puedo jurar haberlo visto en los ojos que aquí versan. Su tránsito pagano, sus formas quedas, sus póstumas posturas del herido que no acusa pena y fuerza el hilo para salvar la grieta obscena y a filo/ piedra aprehendida. Mi fe en el alma ultimaría en hierro al arca aquí esgrimida. Que borre, el mismo viento que los engendra, los escalones al cielo que la luna clarea si es que yo miento. No he sido en la puñalada un fiel testigo, mas suelta el arma he vislumbrado en un caído la equiparación en el impulso con la marea mordiendo el curso del tiempo vuelto cristal.

- Sí Señor, Señoría, intento y niego en pronunciarla, lluvia es que siento, una infranqueable superposición de espejos que braman la intermitencia infinita del circunstancial y el campo que oscila entre la retina y el pecho. Quisiera poder dar un esbozo firme, pero titubea mi letra y vuelvo torpe a lo que otrora era una estela de mí. Señor, Señoría, sentirla es el canto mas puro y transparente, el extremo que lastima desde el seno hasta la piel misma de las cosas. Quitarle voz es darle un cielo de silencios. Señor, Señoría, frente al ojo de gruta interna que aquí sostiene las mismas hierbas que a mí detienen, confieso plena inrazón y gozo de ser quién puebla sus estretagemas de olvido con letras yertas de sentido e intención.

miércoles, 6 de enero de 2010

Andemos

Si la luz se fue,
si no hay para estar,
sin las alas habrá que crear
un nuevo cielo de formas.

Si la sombra es piel
que en la noche hila
lágrima y cantar en la boca,
seamos entonces el mar.

Andemos la piedra
como el viento logra,
si el mundo se encoge
hagamos fuego
del árbol que se ahoga.

Ceguémosle al miedo
la razón que alumbra,
que no estamos solos
aunque el eco
de nuestras mentes confunda.

Seamos el fantasma
que baile primero,
si se cae el cielo
habrá uno luego
para levantar de a sueños.

Andemos la piedra
como el viento logra,
si el mundo se encoge
hagamos fuego
del árbol que se ahoga.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Fugaz pero vez

Detrás de cada gesto
que imagino
el mundo no es el flujo
ni es el pan,
ampulo la estrategia
por dar tino
y en ala no asimilo,
el humo es pieza acabada de mi.

Ha sido perder
o perderte
la vara que mida,
el rincón que proscribo
a dormir a las letras,
ha sido y será
el humor de las fechas
que muertas se llevan
el blanco y el tiro,
volver es caer hacia adelante
si se intenta crear
un día nuevo
de sombras que ya han sido ruido.

Apoyar los brazos en el pasto,
desnudar los ojos de ciudad,
olvidar lo que espera ser tiempo
y abstraerse a ser línea horizonte,
cielo y tierra en un golpe que emerge del pecho,
ser la sensación
que es nudo y floresta,
ser surco a la estrella
nunca ya mas que en uno,
abrir sol el puño
que inunde las grietas
del sueño inconcluso,
fluir desde el cuarzo primal
que une el mundo al sentido,
parirse intangible
divino y efímero.

Fugaz pero vez,
la huella es un punto
que absorbe el segundo
y nunca estuvo allí.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Los inventos de Carola (cuento inconcluso, no los inventos)

Hace muchos pero muchos años, en tierras que hoy en día sólo reconoceríamos de sueños, de los labios de la única flor que el viento no lograba desteñir de invierno nació Carolina.

Su ser, desnudo y violáceo que aún guardaba los hilos del seno de la corola, se extendió en la tierra y latió por cada ápice de roce su entrelazada alma de barro y tinta.

Tal era su gozo, que el vértigo indómito que manaba de su pecho no le permitía dejar de girar en la grama cual llave que abre y cierra el paso.

Menguada tras su respiración, que apenas si lograba contener en el pecho, decidió ser más, ser en otras formas.

Así, avanzó a tientas a gatas, percibía cada variación de la naturaleza sobre sus manos, sentía el perfume mas puro que da la vez primera, se dejaba acariciar por todo lo que atravesara su paso cuatralbo.

Al cabo de varios días, Carolina lo había sentido todo separando sus manos, ondeándole el cuerpo cual viento a las piedras, pero este tiempo hizo hábito y con la norma ya no fue suficiente el estímulo para conformar el ánima que absorbía el mundo como un sonido.

Fue así que, girando formas, forzando y gritando es que acabó nuevamente en su cuerpo.

Comenzó dónde la vida ata la gesta, persiguiendo con su índice los caprichos de la piel, haciendo anillos, punzando, soltando pequeñas carcajadas de placer e incertidumbre.

Aún siendo tan inmensa la energía que cada bocanada de risa despuntaba por su cuerpo, su piel se tensaba de viento que secaba y hería y ya no tenía forma de burlarle.

Recostada de canto, recogió su cuerpo dándose reparo, formó el labio plegado de una flor nocturna uniendo sus piernas al pecho y envolviendo su nuca con ambas palmas.

En su ceñida postura prosiguió con su cercanía de sí.

Jugó con su cabello arremolinando sus dedos, intentando vencer las líneas con sus uñas.

Dibujó lento su rostro con las yemas, reconoció en su boca una textura que no repetía otra parte del cuerpo, la estremeció sentir el bello dentro de su nariz y quitó de fuego su mano, halló en las cuencas un descorrer subterráneo que la incitaba como un ave presa de jaula al sentir sus alas, su excitación lindaba con la premura y ya eran diez llaves las que forzaban, dar con la grieta fue liberar un nuevo día.

Carolina había creado la oscuridad, abriendo sus ojos inventó la luz.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Se hará color


Se hará color
al tocar su rostro,
pensó la flor
al tornear su espiga,
será esta voz
de mar Selene
mi pulso orfebre de las heridas.

Ya en la impulsión
será ella el sol,
la balsa inerme
en su apostasía,
recogerá en mi piel
su blanca gota,
la adrenalina pura
de la energía
de ahogarse flora
en mi propia espuma
de pan del día
en su desnudez.

Fanal serás de mi,
pensó la flor,
la vio partir
y darle gesto a su aire.

La forma luego no importó,
lo imaginable
guarda lugares
que la razón jamás sabrá respirar.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

A mano alzada III

Que se escurra
por la boca de tormenta,
que se empañe toda visión
y los sentidos
quepan en un viento de agua,

que no se distinga
el llanto de la humedad
y el crepitar
del asma hambrienta,
que la desnudez
sepa a lamento
y el brillo a cuero
que se remoza,

que el zen lunar
pierda vergüenza
y me tome el alma
sin preguntar.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Del sol que nos antoje

Disfracemos el sentido
del sol que nos antoje,
si hay cuerpo, hay también borde,
y si hay tope no habrá camino,
acerquemos nuestros rastros
y seamos tierra humedecida
en manos de un infante,
logremos pan
dónde haya hambre
y un tiempo
en dónde sangre un latido;

desiértame en tu halo silente,
aguza mi vértigo de soldado,
ampárame en la hierva que no hiere
y enséñame a desandar nuestro rayo,

agitame la boca,
recuéstame en tu sombra,
liemos luna, fruto y sueño,

agitame la boca,
lastima las deshoras,
sé el párpado espectral que beba.


Ahoguemos de vacío
nuestra rutina de bestias,
lo vasto por lo implícito,
lo estanco
por la oscuridad que muta,
seamos la figura
que ondea sepia los reposos,
valgamos lo que un ojo
a las pinturas que trasmutan,

anídame en tu árbol de gente,
desata el brío que angosta tu ramo,
deshila la crominancia que impeles
y vierte el mar herido de sabor,

afílame la boca,
repara entre mis cosas,
logremos no dar pulso de ello,

afílame la boca,
agitame,
ven baila ingrávida mi cuerpo.

jueves, 12 de noviembre de 2009

A mano alzada II

Los espejos que caen
disparan mis cuartos
de grietas vociferantes,
y son la luz que realza
los cuellos de esta hidra,

y es el pez que descalza
y se asienta otra fuente,

van jalándose cuerpos
con ardor que no baila

y yo anoto y releo,
lo transcurro y depongo,

se atiborra el perfume
con los restos sonoros,
y se escarcha la yema
y se angosta el cardumen,

tienta a tiza la cinta
pero son otras mugres
las que filtran los ojos, otra puesta de cielo,

vuelvo al humo el mural
y se apremia a su celo,
resto ambi- especular que hace acequia su seno
y me insta a ser limbo,
bifurcada y umbral.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Natural

Discurrir,
de plomo a vapor,
del hielo
el tenso enjambre
que irrita el bello
de la carne.

Así
como descalzo ir,
volver de espectro
y ser el cuerpo
que lo siente y se detiene,
ver el mundo
y cumplirse lejos,
ser feliz de ser ajeno
del giro infierno
que nos legan repetido,
digo,
natural naturaleza
no nata bestia de ciudad.

Asimilar la claridad
como la noche
y la tristeza,
aún el color de la maleza
conlleva vida,
así tu tierra se quiebra
y me nace herida,
así mi paso se trunca
y sorbo de tu espalda
a subir.

Somos de pan
y sombra tibia,
el entramado
que el río incita a pulir,
somos los yerros, las aristas,
somos el frío que nace y muere
en la espalda de un hermano,
de lo primal
somos el canto que calla
y se niega
piedra o tormenta,
digo,
ilustrado ciego a conciencia
no nata hierba mineral.

Discurrir,
de plomo a vapor,
así como descalzo ir,
asimilar la claridad
y ser de pan y sombra tibia;
leo tu forma
y soy con vos.

lunes, 2 de noviembre de 2009

. (La noche estrellada de V. Van Gogh)


Punta que cubre
quebranta entre tantas
las llagas ávidas,
prudente balsa
y crisálida vaga,
palma embrechada,

una fuga.

Muda cre- pi- ta- ción
de los azares ciertos,
un fumar bajo la lluvia menos cauta,

rumia de los cuerpos ambidiestros,
flauta de las cartas de la rabia,
parcas de los cuentos de cemento,
lienzo que no pienso pero salva.
Bruscas gaviotas
de burla devota,
halo añejado
en los falos de roca,

lirios de las bocas de las copas,
barba encrespada,
rapiña de espada de posar.

Yugo blanco

Hay alguien allí detrás. Puedo sentirlo en la piel. No busca ni ordena, no esta pensando, no apoya las cosas. Otra vez no, no conmigo, no por mi.
No debí creerle. No existe tiempo que disuelva el alma de las cosas, de las personas, no existe tiempo.
Puedes pasar de noche a noche como recordando, como lastimando o sembrando... y sin embargo esta luna no te hallo ni como intento. Te devuelvo a la cama, empujo los postigos para que el viento juegue, y yo lo busco y soy torpe, y otra vez las sonrisas, nunca acostarme fue un secreto. Pero no, allí esta el grito de rabiosa y cansada clemencia. Ello escupe, ello trina. Tanta muerte aún despierta hiere hasta quién no siente.
Detenla maldición, dónde va toda esta calma que destrona y luego queda a pura gloria en un salón vacío. Si hubiera resultado otro color sin duda sería un ángel.
Se lo dije, se lo repetí y se lo juré. No había modo de atenuarlo, ella siempre me creyó muerto.
Aquí por tu Cristo, aquí por tu capa, aquí por tu yugo blanco. Casi de cuajo contra mi piel, contra el sonido que lo era todo. No lo quitas amor, no lo quitas, deja de repetir mi nombre, no otra vez, no conmigo, no por mi. Tú solo vez el ramo, yo secaré la raíz, y se alejaba de mi oído. Esta bien, fue mi niñez y algunos años de mis sueños, pero a ese atisbo, princesa, durmieron ya, no crece mas, siempre estuve aquí, entre tus piernas. Pero callaba, solo engrosaban sus huesos mis palabras, un infinito correr bajo el agua, un chasquido, un ademán profundo.
Valga mi cielo su perdón si fui yo quién le enseño a hacerlo, yo con mis cuerpos, con mis ropas heridas, yo con las balas de impuro trazo humano.
Fue tan largo el domingo, cualquiera en mi lugar hubiera palpado ese corte de cabello, ese nuevo color en los párpados y mejillas, esas sandalias con suela. No me creo estúpido por haberlo hecho, por alegrarme cuando solo tomaba altura, no hay a que temerle en sus ojos cuando no los ves sobre ti, pueden remozar el mismo aroma de la lluvia con solo tentarlos a tu suerte, pueden llevarte tan lejos y sin embargo...
Aún tosía su alma cuando comenzamos a arrastrarlo. Y le quitamos los zapatos, el reloj y la cartera; la ribera lo devoró como una manta al mes de junio.
Lo esporádico nos hizo seriales, y la cantidad suficiente de hundidos sin capilla los rateros más violentos que la comunicación recordara.
Deberá bajar el mismo Cristo para darse a conocer. Dónde se viera matarte así, tú tan crayón, tan de nada.
Ella insistía.La noche cae con su franco lamento hasta el pubis del tallo que cincela la flor. Bebe, bebe amor que mañana tu espalda será el sorbo de agua que anegará mi cruz.

miércoles, 28 de octubre de 2009

I.

La natural cadencia
te adentra en la trunca boca,
en mi necia flor
que no sabrá jamás asimilarte.

martes, 6 de octubre de 2009

Nos respiró

De sol,
de baño estanco
se compuso la tierra
quebrada bajo el cielo umbral/ no,
se atizó de inercia
que aprendió en la jala,
se aromó la vara
y nos respiró.

Ya la sombra, sombra,
ya la gesta, ala,
ya la cinta alzada
se compuso hoja
y con la brisa forja
el hambre se izó luz.

Dorada al fin la voz,
piel fue todo cuanto circundara,
tierra miel rosa
aún en prosa ajada,
ánima crepitante en color y savia,
tierra ciel
labio que hilvana
de sol,
de baño estanco
la libertad de ungirse en flor,
la nimiedad
de liar las aras en pos del agua
y urdir las arcas en pos del sol.

lunes, 14 de septiembre de 2009

De la hoja de Natalia

Alejándome el mundo de los ojos,
del vidrio oído que permite lo accesorio,
dejo la oscura silueta
afirmarse en mi pecho,
respiro lento y de humo,
lío lo artero al silencio
y le busco palabras,
un gato patas a la noche
doy lugar entre mis cosas
que han sangrado ya de espera,
elijo el muro que te ocasa
y por peldaño
doy sinónimos de soluble
y cabello lacio,
siento las sombras
de los pájaros
que se le animan al cielo
cual presta anfeta de viajante
y muevo la letra que me ampara
y preservo el orden por miedo
y me detengo de su paso;
escueta rima ha añejado
la apostasía de recuerdo
que dan los hilos herrumbrados
cediendo en el pliegue del codo:
lo que detiene es un tesoro
que no cabe en el tiempo,
hechas las mieles, el placebo,
es la primer forma de estar muerto.

Y baila ella frente al espejo
cómo si nada la pudiera dañar,
y no seré, otra vez,
quién por dar cielo quite tierra;
Natalia tiene el don de la palabra
que la lógica esconde
al unir con flechas,
aunque se le platee la boca
nunca dirá antes de escribir.

Templa la huída
como espanto que le da anchura al pulso,
se abren las branquias
en gota de café
sobre el agua transparente,
en dos caladas que libro
vicio el briso no silente
que se agrieta tras mi garganta
y se hace trémula la carne
de pensar en un mañana
en que mi pelo no sea juego
y las frazadas
cubran como vacío
mis pies de agosto de lluvia.

Soy sólo yo en el aire
de esta pseudo oscuridad
que ya transita el tacto de mis ojos,
y es ver futuro de los tuyos
la pregunta o la respuesta,
y es otra vez este tejado
que me acuesta a ver el cielo
a darle nombre a las estrellas,
soy implícito ese ictus
que me ahoga de sed,
soy la verba predicha
de la boca que no exhala azar,
de la mano que no canta
en el ábaco cuentas de paso,
mi raíz tiene mi ocaso y fulgencia
inscripta de su propia esencia,
y es lo mismo el bar de barrio
o la cadena,
el reloj o la espada,
vies de otro en cada marco
es lo que completa la palabra
que da gesta al darse en marco
y nueva curva de la rueda.

martes, 8 de septiembre de 2009

2 pos 4

I
Tu guarda no cabe
en la calle que corres,
juntando las manos
no hay golpe que dar;

la gente se aspira
pero no se sabe,
yo nado tu orilla
que es plegaria que no entiendo.

II
Debajo del marco
no hay nada sensible,
la puerta cede
cuando no hay qué mirar,

te oigo y no puedo
creer si no sigues,
lo triste lo tengo
y no se quita ni pintando.

III
Termino las cosas
que tú nunca acabas,
cambio con los nombres
la idea de mar;

cayó de tu boca
el hueco en palabra:
no valgo sin peros
ni el peso de usar.

IV
Se tizna la noche
de cuerpo de agua,
no cae
pero arde y aroma lo puesto,

desde tus muñecas
el grito recuerdo
simbra más de un arco,
se aguza la piel.

II
Debajo del marco
no hay nada sensible,
la puerta cede
cuando no hay qué mirar,

te oigo y no puedo
creer si no sigues,
lo triste lo tengo
y no se quita ni pintando.

martes, 1 de septiembre de 2009

Algo nomas

Algo nomas,
una porción para ver,
un ademán que sentir,
un poco
de fiebre.

Procuraré llegar
antes de irme, la próxima vez,
si nube hoy se decide
haré pizarra, como tantas,
esta firme reja.

Exparsiré manojos en las plazas
de tibieza y letra
sin levantar,
aunque ya no caiga
y no haya de dónde,
aunque ya no espere
y el sol vuelque rabioso.

Algo decir,
una cuestión,
un gesto cresta de luna,
una poca
de levedad.

Habré en los rieles
que quepa vía,
en los que no
muerta traeré
la forma que
luego haré flor
de propia tinta,
de propia muerte.

Trozaré en miradas,
percianas ignotas de mi palma,
hilaré quién ala consiva el centro que me aliviana
y seré todo
quién pueda al arar.

Algo girar,
una pregunta y agua,
una cornisa de vergüenza y placer.

martes, 25 de agosto de 2009

Sus manos

Lo he intentado,
aunque lo nieguen,
burlando el paso,
bebiendo aire.

Las gotas en los cuellos de las ropas
son la voz indómita
del medio cielo.

Como el color rojo,
la lluvia todo lo trae,
envuelto en un pañuelo de ecos
y silencios usados.

Cada objeto
hoy es tinta,
no hay esquirlas
sino armas.

Mira,
mas no tienta lo ajeno,
busca,
mas no llena lo abstracto,
crece
y mas duele lo vano
de no hacer sombra del día
si no es en sus manos.

lunes, 24 de agosto de 2009

E

Cedo ante el grito
del sueño moderno
que escarcho y releo
y no hay mito ni cobre

Grito ante el sueño
que cedo
antecedo el refugio de pulso
a los secos pilares
que agobian el curso

Sueño que grito
y cedo los principios
al medio final
de acertarle a tu hoz

que me desgarres
que no dejes lastre
entre el circo y el aire
y al fin no haya dos.

T

Ante la pieza
que aviva en el juego
la calle lactante
de un Rómulo remo
que adyace en la pira

Ante las idas
que nunca han devuelto
su punción al cerco
de un crespo cabello
hilarando
su ansiedad

Ante las eras
que en piel
dimos tierra
doblegando al karma
a urdirse su vela

Ante las piernas
que increpan
sus llagas
mudando sus ñañas
de cuerpo sin telas

Ante las friegas
de un dáctilo- esgrima
que limó su prisma
en el barro del orden

atesorando
la pieza encendida
lactando su brillo
de un cambio
sin nombre
Sueño...

N

Ante la noche
de espacio que anida
el rumor de las ruinas
sumándose sobre

la perdición de los actos
inertes al curso corriente
quitándose vida

Ante la parte
que agito en la lata
en cúmulo parca
en porción agraciable

Ante el calambre
de panza vacía
de morfi
destino
nacido
incurable

Ante el tupido
rumor en los vidrios
del cielo
tejido
resuelto en jirones

de terciopelo
girando su celo
sobre el manto yerto
de nuestros balcones

Ante la huída
en prefacio
a la herida
que la bestia liba
anidando en la noche

Grito!

A

Ante la palma
de gesto de sable
de marca de hueco
de atisbo esperable

Ante la rota pasión
de la piedra
la parte y lo entera
que el punto no salve

Ante las sobras
del rito y su artero
discurso somero
en mesetas de agua

Ante las armas
que ya hemos depuesto
y se logran
ser nuestro mayor diafragma

Ante los restos
que están en los huesos
y estiran su gesto
en sable
en una palma

Cedo.

domingo, 23 de agosto de 2009

Circo y muñeco

Porque puedo escapar
de lo sucesivo,
para no ser repetido,
por no ser ley ni verdad,
por no caer en el haz
siendo parte del motivo,
pero en la paz reina el ruido
que el necio obvia escuchar,
porque aunque crea ser mas
le temo, al fin, al silencio.

Porque le temo al silencio
es que bebo en copa mi mal,
por no tentarme a pensar,
para olvidar lo que aprecio
y recordar que estoy lejos
para volver a empezar,
para alcanzar el final
del grito frente a un espejo,
para tragar solo el reflejo
del día cayendo al mar,
para evitarme lo añejo
de este tiempo militar
que enciende en cada pisar
el compás triste del juego
en que sólo el humo va hacia atrás,
por esto quito el disfraz
como la mano del fuego,
porque el bullicio lo encuentro
en ser el único eco,
porque harta en tinta mi paz
carga mas voces que un muerto,
y por dar gusto es que miento,
debo ser circo y muñeco,
debo ser hilo y final.

Debo ser hilo y final
pues mi infancia
quitaste en viento,
por resto vago y falaz
debo alejar mis pies del cielo
para obsequiarme en tu ajuar,
sonrisa y prisa a tu tiempo,
para hacer mío tu lugar
debo vaciar de mundo el cuerpo,
para poder ser igual
debo restarla
y no quiero,
para poder ser verdad
debo escaparle
y no puedo.

viernes, 14 de agosto de 2009

A mano alzada I

Y expulsarlo todo
como de golpe en la espalda,
traer los vidrios rotos
de insana modestia,
jadearlo como un motor
y darle forma de forma,
y poder señalar
su pendiente hoz
para que no lo crean,
se hará planta al caer,
será un gusano de seda,
y con mis manos
su sombra
sabrá la luz por engaño
y la verba del sol mariposa
estancará las poses
chinas de color,
mientras nuestra alma disiente
del árbol hirviente
que pierde la voz
con el viento en los dientes,
se lava la calma
y agosto se hiende
donde no hay mas arma
que coto le ponga
al claro que desciende.

martes, 11 de agosto de 2009

Canción para los días de la vida

Con una sola mano

Casi un nombre cabe en mi,
nunca podrás soltarlo todo con una sola mano.

Los zumbidos en la calle me recuerdan los límites de mi imaginación,
romper en sueños y caminar a través de ellos
como punzando en un muñeco que sostengo y asimilo,
el cielo fue para marinos que hoy no sabemos escribir.

Sólo corro en círculos
mientras intentas subir por las paredes,
somos la altura
de éste estúpido vaso que sostiene con gracia otra mujer, otra mano,
hablamos plurales entre maldiciones,
nos remediamos la angustia.

En el estropicio de la noche
herir, crear las hendijas necesarias,
minó bastamente las alas de todo cosmo por parir,
la claridad sorbe tanto como la sombra.

Casi un nombre cabe en mi,
nunca podré soltarlo todo con una sola mano.

Uno y otro

Deslizarnos,
una y otra...
a través del arco,
transitoriamente marco.

No nos sobra
para tanto,
con reír
logramos un espacio.

Será fácil
con jalar del mismo lado,
será inútil
con jalar del mismo lado.

Uno y otro tiempo,
transitarlo nos ha dado
un pan perpetuo,
sin un plan
el mar podrá
tapar sus restos.

Será fácil
intentar volar mas alto,
será inútil
intentar volar mas alto.

Uno y otro espejo,
regresar no nos va
a devolver el cuerpo,
del disfraz
hay un metal que yo prefiero,
quién escoja el olvidar muere primero.

Flores,
sólo flores,
cuando caiga
quiero embeberme en su alma
y que el orden
al fin se vaya por mis ramas;
remozar hasta quitarnos
todo fuego animal,
cenizar hasta remediar
todo vestigio de mal.

viernes, 7 de agosto de 2009

El tiempo en el ojo, en la boca

Y quién ha dado el tiempo?
la cadencia
se resolvió esquina,
las señas cupieron
detras de las liras
del opaco paño
irisando el daño
al tizne corset;
la rueda,
la cinta mordida,
el paso colmado
y el nombre per se.

Y quién ha dado el tiempo?
la rueca hilarando inmanencia
como centro de mesa
o lámpara de pié,
ahí,
en la boca, en el ojo,
en nuestras alas de peces
concretos y livianos,
en nuestro rimel de mundo
que hace foco y destiñe,
ahí,
acá,
en los bordes de tu tasa
con nuestros labios de té o café,
ahí,
acá,
ahora,
el tiempo se da
y ceden los ecos.

martes, 21 de julio de 2009

Sin canceles ni llaves

Oh áureo espectro
de las noches
menos lejos de mi,
vejas con tu cuerpo
los consuelos
donde pretendo esgrimirme,
sesga tu velo
mi prisión
sin canceles ni llaves.

Existe una pena insalvable
entre tu rostro y mi rostro,
una ruina de cristales
entre mi boca y tus pies,
mas peca el ruedo de afable
mas visto el trinar del hambre,
salvar el hueco
es la parte
en la que escojo sin ver.

Oh luna,
oh círculo de sangre,
mis viejos dedos de madre,
mi noble espejo de piel.

Arrecia el necio deber
de quebrantar lo imaginable,
esta soga pendiendo
en el aire del lago
hasta el rumor de mis brazos
lega a los nombres profanos
lo que no saben beber.

Hiere pues hiende
en mi ser,
mas del aroma
a la hoja
solo un perfume
ha callado,
hilar
en vez de soltarlo,
volver sabiendo
no ver.

Oh luna,
oh bruma
en pose de miel,
periplo insano,
mujer
de todo cuanto
he amado,
lirio de plata,
cincel
de aquestos
labios ahogados.

martes, 14 de julio de 2009

De- Canto III

Es tan triste
saberte triste,
mi brazo
cayendo muerto
de tu herida
empuña el último fotograma
que da fin y secuela.

Cruzo entera la noche
deponiéndote
de entre cada palabra
de entre cada vestido,
que a olvido se llame
el cosmo que fue norte
de todo sentido,
no tienta el camino
mas trina la sangre
ante el hambre ebullido.

Se muere la lengua
versada y huraña osamenta
del mundo fundado,
se agota la cuenta
del ritmo dictado
procedido cuenca
de acordes y puertas,
se aligera el lomo
de la gata reina
de nuestros instintos primales de lobos.

No hay ya
destiempo,
contratiempo
o sólo tiempo,
pero queda
un ictus nuestro
que no iguala
el rizo mar,
no lo engendra
tal
el arte de las letras,
no lo canta la tormenta
ni lo entona
el sol frutal.

Se abren los brazos
de hogar y futuro,
se ciñen los humos
del mas libre verso,
retoma su fresco
la anchura del borde,
del verde hacia el eco
el mar se hace duro
y fiel amuleto
del marco,
estropicio
del baño a los gestos.

Te arrastro muriendo,
te mato
aún sabiéndote mi faro,
mi par y mi barrio,
mi pan y mi pié.

De- canto del cuero,
del manto primero
en el mal y en el bien,
debo de ceder
al pulso mas necio,
es la misma sabia
la que hizo cielo el beso
que la que le quita
el sabor de la piel.

Prefiero quedarme
en el odio en tu boca
a que escupas mi nombre
por no querer ver.

Prefiero no poder cuidarte
a tener que sanar
mis formas de no amarte.

martes, 30 de junio de 2009

Antropofagia

Tu inseguridad me agobia
y no puedo sostener
dos palabras sin beber
algo de humo.
Con gritarnos perecimos hace tiempo,
el silencio fue preciso,
y en lugar del hueco
hicimos un comienzo borravino.

Paulatino
fue el fuego al minar el lienzo,
alimentarnos de restos
nos distrajo
hasta el espanto
de la inanición.

Antropofagia.

Pieza por pieza.

Muerte en la corva realeza
que sembramos.

Mano por mano.

Leva por leva.

El París fue todo
lo que no salvamos.

Antropofagia.

El cáliz fluyendo dei
sobre la mesa.

Breva por breva.

Fresa por fresa.

Antropofagia.

jueves, 25 de junio de 2009

En el romancero allegro

La cadencia de la boca
En el romancero allegro
Se precipita de a gotas
Sobre el barrio de los perros

Donde el nudo
Aguarda el yerro
Y las fresias
La corona,
Hemos sido raudos
Deudos
De la pieza danzadora.

Sin la mano que meciera
Sin la cinta que lo ayorna
Sin la precisa arboleda
Que detuviera a la alondra

No hubo rumbo que la hora
Diera veda a la marea
Que creciera junto al hogar
De lisonjas y rompiera
Su maciza cabellera
De bitácora a la diáspora.

De piolines y de manchas
me sorprendo ya sujeto,
predicado de lo muerto
no he salvado ni las tazas,
no he perdido ni soltado
no he ampulado ni he medido,
del allegro ya pasado
guardo gestos
que conozco
cuando evoco sin designio.

miércoles, 24 de junio de 2009

La última puerta

Volteando la esquina duerme,
salvándo su sombra de inercia,
de miércoles fatuo,
quitarle mi espacio
es que no exista nada.

Las tintas manzanas
que arguyen mi tiempo
se ambigüan
ufanándose de mis discos
y mis diarios;
un hueco es un ducto
y la flor se reduce
a montar tus cuerpos medios,
tu rostro de eterno estereotipo.

Dibujo paredes de un aula que espero,
retoño los duelos
valientes del agua,
persigo al hambriento,
al harapo,
a la espada,
consigo ser ello
al ceder el espejo,
desvisto lo nuevo
y vuelve a darme agua.

No linda si repto,
no anida si lego
a mi cuerpo otra cinta,
otra forma de vista
que no adentre un fin con un pero;
si amparo
he depuesto
la última puerta de mi.

martes, 23 de junio de 2009

Esta sombra para respirar

Es esta sombra que cuadra,
es esta pieza,
este sonido de piedras
que se intentan no fuego,
entre los dientes,
un bar incipiente de risas entendidas,
es este peto de enero
deteniendo la salida,
la próxima alzada,
es esta tienda cerrada
recostada en el día;
hasta el amparo en tu olvido
es una luz para respirar.

Hurgando en cuerpos o almas
resisto el polvo de mi,
pero tan solo son ramas
no me pueden detener,
en este round hay caída
tengo los ojos de vidrio,
un cristo hundido en la palma,
un arco nulo entre la panza
y el karma;
hasta el amparo en tu olvido
es una luz para respirar.

Es este puño de arena,
es esta gran escalera,
esta pérgola de anfetas
como segunda trinchera,
un casi monte, un atisbo,
una andrajosa baraja,
un juego para ser lo mismo,
esta borravina medalla
que me ha zurcido sandalias,
una campana sin bala,
un astrolabio de humo
de pestañas
de crayón,
un falo enigma del frío,
el harto tacto del vacío,
el arte verba del hastío
en plena ofrenda a la no razón;
hasta el amparo en tu olvido
es una luz.

miércoles, 17 de junio de 2009

Canción a la soledad de Bárbara

Acabose al fin
alondra,
se hizo un arlequín de luz
lo que otrora risco nos dio,
brocado
de sangre.

Quién depone un cordel de canto fundante,
quién deshace un tren de extravíos
sin martes
ni domingos,
un poco de vos,
un poco de vos
y a la mar
me piro.

Espuma espiral,
etérea,
bestias de amalgamas
que encastran o riman,
ramos de cenizas
que espasman color,
montes de cajones epistolarios
que se lanzan que se espadan,
ya
no
arma.

Quién rasga las larvas sepias
de la rectitud ya promiscua,
quién agua los prismas
roídos de propia esgrima contra el yo,
quién trunca las ramas
espectrales de la sangre,
quién remanso viable
da a las arcas del brillante,
un poco de vos,
un poco de vos
y a la mar
te tiño,
un poco de vos
y al amar dar aire.

martes, 16 de junio de 2009

Refracción

Oh, la canción se escurre,
la pasarela adelanta el sesgo
que el tiempo arrebatará a su hoguera.
Manará la lengua del mismo cielo
de la misma forma.

El decorado no se une al cuerpo,
cercenarnos nos volvió complejos;
no bebíamos tanto.

Arlt, a por Arlt!
Una calle quizá devuelva
el aroma al detalle.

Manto lunar!
Una gris espera
nos quitó la esencia
hasta refractarnos.

jueves, 21 de mayo de 2009

Andante

Ella lamenta y grita.
Se abre en picas
balbuceantes de color.
Y camina conmigo
y a través de mi.
No me condena
pero logra un poco
y también mi pecho.
Un ramo roto
hasta en la boca del herido.
Un libro tibio
para el regreso de los corsos.
Un pan sin vino
y un pan.
Lavame las manos para entrar,
permítela dios del andante.
una mañana mas
nomás
para soñar sin ver la luna/
para ser luz sin descifrar.
Una vez par
y otra pinta sin rizar.
Permítela pierna falaz,
no iré despacio aunque lo sufra;
lo toco sólo al despertar.
Si troco el pueblo
por llorar
tan sólo habrá de hablar la lluvia.
Tan solo.
Una mañana mas
nomás.
Permítela.

Flores

No quedan hojas en el frente
que solo en frío se mancha,
una flor sangrienta
echa el sol contra los muros,
el rumor nos jala los hombros
y somos todos muertos verticales,
nos odiamos con los ojos
pero somos piadosos de mí,
de mi vos, de mi tú, ustedes,
de mi yo.

No hay más amor que costumbre
en los ritos aún cenicientos,
tragando a círculos del aire
nos viciamos torpemente,
toda pieza es escrutable
entre el olvido y la boca de alabastro.

Enormes, de paso,
las aves no caven en el tiempo.

La tormenta nos confunde
bajo su aguasombra predicha,
dos pies miden un reino entero
de vidrios ciegos
y exaltados.

Si hasta tu palmo cruza
mi conjuro de vientos opacos,
será que mi arroyuelo de fantasmas
lograron darse el agua
que nunca más rió.

Tener la muerte atenta
es una daga
que lleva en sus espaldas
la luz que el sol no da;
la flor sangrienta busca entre sus piernas
mientras la voz no cesa
y la tierra es otro mar.

Canto II

Sobre los pezones
de sombra predicha
se aguza tu giro
liviano y marino,
mis letras se torban,
en lo alto las piedras
pueden lis libar.

Las huellas no cursan
en trenzas de muerte,
los sorbos transmutan
punzadas de pan;
se agita en un canto
de lluvia
sembrando,
la tinta de sangre
cubre con sus labios las pintas,
las puertas nocturnas
de un fruto sin voz.

lunes, 18 de mayo de 2009

En los cajones

Con el tiempo
no fue necesario pronunciarte.
Un hueco traía otro hueco.
Mi rostro era un triste retorno
hacia cada detalle.

Un perfume desnuda un ajuar
en la puerta de un atrio que nunca pisamos,
el cancel acerca ese pan hacia lados del mar que nunca dejamos.

Bailaremos nuevamente
y sabremos como reírlo.
Cercaremos el olvido y el presente
con palabras que apoyen sus codos en la mesa.
Mentiré si es justo
lo que quepa en el sonido.
Nuestro amor es solo el estado en que huyen las cosas.

Con el tiempo
un remanso lloverá lo mismo que el todo.
Esta lía remienda el oro hasta la flor
que omite el verde y el rojo.

Habrá sal en los cajones,
tu antonomasia eficaz
transita el final del renglón
con la certeza de mi puño.

jueves, 7 de mayo de 2009

Iris

Junto al vidrio
que el iris me graba
se ha ceñido
un brillo/ piedra/ gota,
me han herido
un rincón de palabra,
me ha seguido
y cruzado la boca.

Se desdobla
el rumor de mi calma,
se me agolpa
el color de las cosas,
ha caído el orden
de la palma
como al brío resuelve la hoja.

Atino a su postura
aún sin tomar detalle,
la logra la ancha frase
del lugar en que yo habite,
girando las muñecas
podría ser su alterno disfraz.

Va el diablo
en cada uno de sus convites,
liga su rojo el gris
con que la tierra avecina,
silvan sus artes ron de ocarina,
su risa aprisiona
la forma en que elijo la libertad.

Atino a su postura
aún sin tomar detalle,
la logra la ancha frase
del lugar en que yo habite,
girando las muñecas
podría ser su pez y pan.

lunes, 4 de mayo de 2009

Mano - Tiza sobre cartulina negra (Bárbara Braguinsky)

Se oye en franca tensión
su vientre que al ojo es un milagro

como un hilo de luz
que estropea el mas vago reparo

se hace ropa y canción,
se acentúa y se logra escuchado

se aprisiona en el ser
y el malón lo torna su pasado,

con el tiempo es la vez,
con el frío el rayón necesario

luego el pan con el pez
y su brazo se tiende mas largo.

Y no hace falta mirarlo
para alcanzar su grito de hermano,
que es el grito primario, es el ala y el grifo llorando,

si uno más logra ser
por qué dejarse ahogar por cifrado

si el final es creer que el final por un fin ha llegado

hasta ser lo que se es
aferrarse es el muro y el faro.

Vos podes sostenerte,
liberar tu canción por Tu muerte

vos podes ser la piel
que astilló hasta el rayo su ser

vos podes ser la voz
que a quién oiga agite el color,

no nos van a dejar el ramo entre las manos sin flor.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Duerme

Ella aromaba los vidrios
que brotaban de mi boca
ese fino cuchillo
de ancha hoja
y todo brillo
se reía y me iba
en sangre
se plagaba de mi carne
y pleno yo era un rosal
borravino y luminoso
distraído armonioso
como un libro
orgulloso de ser hijo
y ser ojo
de la mano fanal.

Vidrios y mas vidrios
salinas en castillos
nubes torpes de piernas
soles truncos de bordes
mas perfume
y las riendas se nombraban y nombraban
que me colma que me afana
que me quiebra en otra voz.

El color que se quema
y como un surco a una grieta
el halo prima a volar,
ella recoge el dedal
yo premura yo recta
vuelco el sumo de mis días
alzo el ala perdida
grito
y mudo a la par.

El reloj vuelto timo
brote en ron de pabilos
sin volverme
quise ido
mientras
cuerpo y vestido
eran todo lugar.

Duerme.

Un café y ella la actriz

Te olvidas sobre la tele del cuarto los puchos que te pidió al teléfono le llevaras, pues él no recordó, él corría. Ahora tú te aprisas. Empujas las cosas al bolso que ya te cuelga, revisas la llave del gas y pretendes, entre tanto, remendar o traer unos números que tu cabeza jadea torpemente y sin caso. Luego él te dirá. Seguro recuerda.
Hay algo que sabes que no sostienes y son los cigarrillos, pero será solo en la parada cuando un ansia mal curada los devuelva a la boca de tu mente. Ya es tarde. Volver ahora quitaría hasta el espacio de la excusa, que aunque ya sabes que no te vale y que, así como te es permitida, te gusta auto complacerte repitiéndola y sintiéndote un tanto menor de culpas. Tú misma acabas por creer que un desdichado señor arrojó sus deudas y dudas a los hierros del vagón lucero en la estación de Villa Luro y, aunque casi no existan señores pero broten desdichados en Villa Luro, puede que nunca haya ocurrido aquello, no hoy, no ante ti, no.
Pero los puchos de Alejandro; que no tengo plata ni porqué, que el atado estaba prácticamente lleno, que como vos los dejas ahora yo soy una toxina que besa, bueno, yo no los puedo dejar, y no tenes derecho a hacerme esto, que no sabes cómo estuve toda la mañana que... Le tomas las manos para encontrarle los ojos como si la no intención solo cupiera al cruzar sus retinas de congoja mortuoria. Te juro que no...Siempre es igual Lucía, todo tiene que ser a tu modo...Por qué siempre igual, dame un ejemplo...Y él chista quitándote la vista de a poco hasta darte la espalda. Vos no lo repetís porque todavía no es el momento de atacar su queja con ofendimiento, y perdés la mirada entre su cuerpo y un punto cualquiera a la espera de su rostro...
Pero que carajo!, la idea te llevaba la mano a la boca y tropezó con la tinta de sellos que empapa en el logo y las líneas punteadas la propuesta de emisión recién impresa, e impresa en color, por lo que tenes que volver a pedirla en la biblioteca de planta baja. Como ayer te ocurrió lo mismo, le pedís a Laura de contaduría si te hace el favor, que no hay apuro (que ella tenga que saber) y te reís de un chiste que apenas si escuchaste pero viste. Gracias.
Levantas el rostro de soslayo al techo y alzando la voz preguntas si alguien sabe que significa la abreviatura Ltda. , pero ni Rita ni Carmen o Vera retiran siquiera la vista de su pantalla, ni giran ni hablan; no trabajan, pero lo ensayan de modo admirable. Gracias.
“....are flowing out like endless rain..., like endless rain..., out like endless rain...”, chicas, cómo era que...?, en una hendija del pensamiento que no consume ni palabra en tu cabeza entendés la vaga y rota realidad comunicacional de la oficina.
Te levantas por un café de los que no te gusta pedir y te molesta hacer, la cantidad de azúcar y la travesía odiseaica hasta la cocina. Saludas a Lis, a Martín y a Erica, del resto no encontrás los ojos. La sala, el despacho, los casilleros...Nada te urge cuando emprendes hacia esta parodia de beneficio. Gente del ramo de los cafeínicos ha conseguido mas de una plaza en el hospicio de quienes nunca encuentran su camino, pues no hay destino en quién ansía y sacia la idea lacia de un horizonte sin sueños.
Dicen que Julio de maestranza posee una suerte de mapa o plano hacia el tesoro negro desde cualquier punto u oficina, pero que sólo tienen acceso a él quienes fueran capaces de brindarle algo que no cuente en su brillante arca de ofrendas. Plástico, eléctrico, líquido o escrito, ya todo han sabido acercarle rimando una pena por poco en un ruego, todo por un vistazo elefantino a la legendaria carta que existe una sola vez y para siempre acotando toda posibilidad de reclamo. Tal es su aura de quienes pueden ver las tierras nadando hacia los barcos, que hace ya más de dos años que alguien no invierte palabra alguna en sus gestos, y aunque vos crees tener el quid de su siniestro conocimiento de una alopecia inmaterial, no querés dar el puñal para que mate mi leyenda.
Ves que Rita te sigue pero no sabes si intenta decirte algo o solo busca dar con el mismo destino que apresura tus párpados. Postergas las pausas hasta otro pensamiento que concluya y comenzás a girar a cada pasillo que te alumbra. Ella no parece perderte el paso pero es difícil que lo calcules con precisión entre escritorios y muros de camelo que bien espejan la jerarquía de quienes amparan. Procurás no voltear a cada indicio supuesto, pues tu cansancio te vuelve más torpe con cada zanco. Prácticamente corres (con toda la dimensión que ello puede alcanzar y repercutir en un salón de oficinas).
Tampoco vos sabes ya a dónde te diriges en vía a la meca menos dulce, pero es que nunca lo supiste, ni siquiera yo a decir verdad, sin embargo nadie logrará alcanzarte hasta haber quemado la última de tus naves.
El ventanal del despacho de Sergio comienza a renovar el horizonte que te negás. Hay dos personas junto al paso de Rita pero sus ojos siguen enseñándolos uno. A la izquierda, siempre la izquierda suele decir Nati, tu hermana, y, por extraña casualidad o no, siempre estaban allí las puertas nuevas. Dudas el espacio suficiente para que quepa en tu cabeza la idea de lo rala a tu naturaleza de esta automaticidad para la huida. Puede que hasta te encuentres en otro piso pero acaso es parte del desperdicio de señales que intenta tu yo mas pleno dejar a tus espaldas.
Los pasos que siguen tu distancia se ensanchan, podes sentirlos en la piel y en el oído, temes saberlo con certeza. Tal vez frenar sea lo mas cauto, pero llegar te asestaría con todo el mar de ansiedad a tus anchas.
Hay puertas que ya no ceden, hay luces que ya no siguen. Cerrás los puños y gopeás tu cintura con una avidez mariposial.
No podes sobreactuar en una velocidad que ya no alcanzas, lo único que cabe es un reparo, y cuando digo único es porque no queda mas opción y porque tan solo es un lugar: mi mente. Quién se atrevería a hurgar allí a menos que lo consienta mi pluma. Aunque te encuentres en lugares que tu costumbre no corresponda(otro sala u otro piso), lo que necesitas no posee realmente un espacio físico, ahora sí que ni siquiera el eco corto y prácticamente sin lugar de los cientos de pasos de presa que hilvanan tus intenciones podrían desahuciarte.
Tomas el comino libre de lo que no estoy pensando pero logro encontrarte en el patio de mi casa, luego en las canchas que otrora empolvaran los frentes del hospital Santojani, ahora estas en mis ideas sobre los rituales mortuorios. Repites frases que en mi madre deslizaban como es el barro al torrente, jugás con las claves de mi caja de ahorro y mi maletín de piel de cocodrilo inflable, tergiversas los aromas que amparan ciertos tiempos de paredes pre- construidas y mesas con saleros improvisados, te ocultas en un color que tal vez debió haberme cercenado de algún modo en una devolución epistolaria adolescente. Te escucho reír murmurando bocanadas de encierro, sabes que no es fácil y un retoño de muerte te invadirá los huesos. Pero qué hacés?! Ten respeto de mis muertos! Ni con ella ni con ninguna!...No!...Basta.
(Mente en blanco)


Ahora se te blanden los ojos de una robustez blanquecina, mirando hacia arriba te reconoces en la oficina de personal y en tu lugar de personaje. Tarde era ya cuando apagaste la última luz de las laderas del pasillo. Algunos te vieron, el resto siempre fueron máquinas.
Se apostaron frente a la entrada y el ventanal como quien espera un formulario, casi sin rostro. Poco a poco los golpes a palma abierta inundaban la horizontal y vertical. Una marea alta. El ritmo irrumpe en tu pulso como lo hacen los bajos de Morphine. Late. Sentis el corloc dando entrada lenta, de lima carcelaria. Cede.
Te paras en un solo movimiento que bien podría haber sido una pausa, los hilos que te demoran son los mismos que te alzan por debajo de los hombros. Ya es tarde, el cielo empieza a pronunciarse. Transversal a quienes te amurallan avanza el cuerpo de la empresa. Comienzan a irse. El subte de seis y ocho cargará con gran parte de ellos. Gradualmente pierdes la atención, ya no empuja.
Nadie mira la puerta y decidis salir. Cuando empezás a abandonarte a la marcha un giro de cuerda que se corta hace pender tu alma de tus solapas y te arroja brusca y sin soltar Rita contra el falso muro y susurra:
- Ni con ella ni con ninguna…digo, las almas que se salvan son de luz, el resto somos café- luego sus brazos caen sin ánima contra su cuerpo que acata la huída.
Aguardas que su figura se diluya y, como quien disimula lo que no es suyo, avanzas pesadamente entre el vaivén de tus ojos en un perfecto Ecuador.
Cruzada la segunda esquina intentas aprolijar tu imagen de ti. Girando la ochaba a tu derecha te espera Alejandro con su sonrisa cansada pero harto límpida. Pita y arroja el pucho. Te abraza desde el pecho hasta el extremo de su ser. Te besa, e incorporando el paso, te toma la mano y te invita un café.