Ella lamenta y grita.
Se abre en picas
balbuceantes de color.
Y camina conmigo
y a través de mi.
No me condena
pero logra un poco
y también mi pecho.
Un ramo roto
hasta en la boca del herido.
Un libro tibio
para el regreso de los corsos.
Un pan sin vino
y un pan.
Lavame las manos para entrar,
permítela dios del andante.
una mañana mas
nomás
para soñar sin ver la luna/
para ser luz sin descifrar.
Una vez par
y otra pinta sin rizar.
Permítela pierna falaz,
no iré despacio aunque lo sufra;
lo toco sólo al despertar.
Si troco el pueblo
por llorar
tan sólo habrá de hablar la lluvia.
Tan solo.
Una mañana mas
nomás.
Permítela.
jueves, 21 de mayo de 2009
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ella camina
ResponderEliminara través de mi ...
la garganta no dice, dice el sol
ResponderEliminarDe algun modo hay colores...
ResponderEliminarQue hable la lluvia.
ResponderEliminarUna buena historia dentro de un poema.
Saludos.
Que hable nomás. Y que nosotros callemos, para escucharla hablar. Leeme acá:
ResponderEliminarhttp://locaellalocayo.blogspot.com