jueves, 21 de mayo de 2009

Canto II

Sobre los pezones
de sombra predicha
se aguza tu giro
liviano y marino,
mis letras se torban,
en lo alto las piedras
pueden lis libar.

Las huellas no cursan
en trenzas de muerte,
los sorbos transmutan
punzadas de pan;
se agita en un canto
de lluvia
sembrando,
la tinta de sangre
cubre con sus labios las pintas,
las puertas nocturnas
de un fruto sin voz.

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