jueves, 21 de mayo de 2009

Andante

Ella lamenta y grita.
Se abre en picas
balbuceantes de color.
Y camina conmigo
y a través de mi.
No me condena
pero logra un poco
y también mi pecho.
Un ramo roto
hasta en la boca del herido.
Un libro tibio
para el regreso de los corsos.
Un pan sin vino
y un pan.
Lavame las manos para entrar,
permítela dios del andante.
una mañana mas
nomás
para soñar sin ver la luna/
para ser luz sin descifrar.
Una vez par
y otra pinta sin rizar.
Permítela pierna falaz,
no iré despacio aunque lo sufra;
lo toco sólo al despertar.
Si troco el pueblo
por llorar
tan sólo habrá de hablar la lluvia.
Tan solo.
Una mañana mas
nomás.
Permítela.

5 comentarios:

  1. Que hable la lluvia.
    Una buena historia dentro de un poema.

    Saludos.

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  2. Que hable nomás. Y que nosotros callemos, para escucharla hablar. Leeme acá:

    http://locaellalocayo.blogspot.com

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