Tu inseguridad me agobia
y no puedo sostener
dos palabras sin beber
algo de humo.
Con gritarnos perecimos hace tiempo,
el silencio fue preciso,
y en lugar del hueco
hicimos un comienzo borravino.
Paulatino
fue el fuego al minar el lienzo,
alimentarnos de restos
nos distrajo
hasta el espanto
de la inanición.
Antropofagia.
Pieza por pieza.
Muerte en la corva realeza
que sembramos.
Mano por mano.
Leva por leva.
El París fue todo
lo que no salvamos.
Antropofagia.
El cáliz fluyendo dei
sobre la mesa.
Breva por breva.
Fresa por fresa.
Antropofagia.
martes, 30 de junio de 2009
jueves, 25 de junio de 2009
En el romancero allegro
La cadencia de la boca
En el romancero allegro
Se precipita de a gotas
Sobre el barrio de los perros
Donde el nudo
Aguarda el yerro
Y las fresias
La corona,
Hemos sido raudos
Deudos
De la pieza danzadora.
Sin la mano que meciera
Sin la cinta que lo ayorna
Sin la precisa arboleda
Que detuviera a la alondra
No hubo rumbo que la hora
Diera veda a la marea
Que creciera junto al hogar
De lisonjas y rompiera
Su maciza cabellera
De bitácora a la diáspora.
De piolines y de manchas
me sorprendo ya sujeto,
predicado de lo muerto
no he salvado ni las tazas,
no he perdido ni soltado
no he ampulado ni he medido,
del allegro ya pasado
guardo gestos
que conozco
cuando evoco sin designio.
En el romancero allegro
Se precipita de a gotas
Sobre el barrio de los perros
Donde el nudo
Aguarda el yerro
Y las fresias
La corona,
Hemos sido raudos
Deudos
De la pieza danzadora.
Sin la mano que meciera
Sin la cinta que lo ayorna
Sin la precisa arboleda
Que detuviera a la alondra
No hubo rumbo que la hora
Diera veda a la marea
Que creciera junto al hogar
De lisonjas y rompiera
Su maciza cabellera
De bitácora a la diáspora.
De piolines y de manchas
me sorprendo ya sujeto,
predicado de lo muerto
no he salvado ni las tazas,
no he perdido ni soltado
no he ampulado ni he medido,
del allegro ya pasado
guardo gestos
que conozco
cuando evoco sin designio.
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Canción,
de aquí nomás...
miércoles, 24 de junio de 2009
La última puerta
Volteando la esquina duerme,
salvándo su sombra de inercia,
de miércoles fatuo,
quitarle mi espacio
es que no exista nada.
Las tintas manzanas
que arguyen mi tiempo
se ambigüan
ufanándose de mis discos
y mis diarios;
un hueco es un ducto
y la flor se reduce
a montar tus cuerpos medios,
tu rostro de eterno estereotipo.
Dibujo paredes de un aula que espero,
retoño los duelos
valientes del agua,
persigo al hambriento,
al harapo,
a la espada,
consigo ser ello
al ceder el espejo,
desvisto lo nuevo
y vuelve a darme agua.
No linda si repto,
no anida si lego
a mi cuerpo otra cinta,
otra forma de vista
que no adentre un fin con un pero;
si amparo
he depuesto
la última puerta de mi.
salvándo su sombra de inercia,
de miércoles fatuo,
quitarle mi espacio
es que no exista nada.
Las tintas manzanas
que arguyen mi tiempo
se ambigüan
ufanándose de mis discos
y mis diarios;
un hueco es un ducto
y la flor se reduce
a montar tus cuerpos medios,
tu rostro de eterno estereotipo.
Dibujo paredes de un aula que espero,
retoño los duelos
valientes del agua,
persigo al hambriento,
al harapo,
a la espada,
consigo ser ello
al ceder el espejo,
desvisto lo nuevo
y vuelve a darme agua.
No linda si repto,
no anida si lego
a mi cuerpo otra cinta,
otra forma de vista
que no adentre un fin con un pero;
si amparo
he depuesto
la última puerta de mi.
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martes, 23 de junio de 2009
Esta sombra para respirar
Es esta sombra que cuadra,
es esta pieza,
este sonido de piedras
que se intentan no fuego,
entre los dientes,
un bar incipiente de risas entendidas,
es este peto de enero
deteniendo la salida,
la próxima alzada,
es esta tienda cerrada
recostada en el día;
hasta el amparo en tu olvido
es una luz para respirar.
Hurgando en cuerpos o almas
resisto el polvo de mi,
pero tan solo son ramas
no me pueden detener,
en este round hay caída
tengo los ojos de vidrio,
un cristo hundido en la palma,
un arco nulo entre la panza
y el karma;
hasta el amparo en tu olvido
es una luz para respirar.
Es este puño de arena,
es esta gran escalera,
esta pérgola de anfetas
como segunda trinchera,
un casi monte, un atisbo,
una andrajosa baraja,
un juego para ser lo mismo,
esta borravina medalla
que me ha zurcido sandalias,
una campana sin bala,
un astrolabio de humo
de pestañas
de crayón,
un falo enigma del frío,
el harto tacto del vacío,
el arte verba del hastío
en plena ofrenda a la no razón;
hasta el amparo en tu olvido
es una luz.
es esta pieza,
este sonido de piedras
que se intentan no fuego,
entre los dientes,
un bar incipiente de risas entendidas,
es este peto de enero
deteniendo la salida,
la próxima alzada,
es esta tienda cerrada
recostada en el día;
hasta el amparo en tu olvido
es una luz para respirar.
Hurgando en cuerpos o almas
resisto el polvo de mi,
pero tan solo son ramas
no me pueden detener,
en este round hay caída
tengo los ojos de vidrio,
un cristo hundido en la palma,
un arco nulo entre la panza
y el karma;
hasta el amparo en tu olvido
es una luz para respirar.
Es este puño de arena,
es esta gran escalera,
esta pérgola de anfetas
como segunda trinchera,
un casi monte, un atisbo,
una andrajosa baraja,
un juego para ser lo mismo,
esta borravina medalla
que me ha zurcido sandalias,
una campana sin bala,
un astrolabio de humo
de pestañas
de crayón,
un falo enigma del frío,
el harto tacto del vacío,
el arte verba del hastío
en plena ofrenda a la no razón;
hasta el amparo en tu olvido
es una luz.
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Ropa vieja
miércoles, 17 de junio de 2009
Canción a la soledad de Bárbara
Acabose al fin
alondra,
se hizo un arlequín de luz
lo que otrora risco nos dio,
brocado
de sangre.
Quién depone un cordel de canto fundante,
quién deshace un tren de extravíos
sin martes
ni domingos,
un poco de vos,
un poco de vos
y a la mar
me piro.
Espuma espiral,
etérea,
bestias de amalgamas
que encastran o riman,
ramos de cenizas
que espasman color,
montes de cajones epistolarios
que se lanzan que se espadan,
ya
no
arma.
Quién rasga las larvas sepias
de la rectitud ya promiscua,
quién agua los prismas
roídos de propia esgrima contra el yo,
quién trunca las ramas
espectrales de la sangre,
quién remanso viable
da a las arcas del brillante,
un poco de vos,
un poco de vos
y a la mar
te tiño,
un poco de vos
y al amar dar aire.
alondra,
se hizo un arlequín de luz
lo que otrora risco nos dio,
brocado
de sangre.
Quién depone un cordel de canto fundante,
quién deshace un tren de extravíos
sin martes
ni domingos,
un poco de vos,
un poco de vos
y a la mar
me piro.
Espuma espiral,
etérea,
bestias de amalgamas
que encastran o riman,
ramos de cenizas
que espasman color,
montes de cajones epistolarios
que se lanzan que se espadan,
ya
no
arma.
Quién rasga las larvas sepias
de la rectitud ya promiscua,
quién agua los prismas
roídos de propia esgrima contra el yo,
quién trunca las ramas
espectrales de la sangre,
quién remanso viable
da a las arcas del brillante,
un poco de vos,
un poco de vos
y a la mar
te tiño,
un poco de vos
y al amar dar aire.
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martes, 16 de junio de 2009
Refracción
Oh, la canción se escurre,
la pasarela adelanta el sesgo
que el tiempo arrebatará a su hoguera.
Manará la lengua del mismo cielo
de la misma forma.
El decorado no se une al cuerpo,
cercenarnos nos volvió complejos;
no bebíamos tanto.
Arlt, a por Arlt!
Una calle quizá devuelva
el aroma al detalle.
Manto lunar!
Una gris espera
nos quitó la esencia
hasta refractarnos.
la pasarela adelanta el sesgo
que el tiempo arrebatará a su hoguera.
Manará la lengua del mismo cielo
de la misma forma.
El decorado no se une al cuerpo,
cercenarnos nos volvió complejos;
no bebíamos tanto.
Arlt, a por Arlt!
Una calle quizá devuelva
el aroma al detalle.
Manto lunar!
Una gris espera
nos quitó la esencia
hasta refractarnos.
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